Según los expertos, el volumen de dimisiones en el trabajo está alcanzando récords históricos.  Y es que el desarrollo profesional de un empleado/a dentro de la empresa es susceptible de sufrir altibajos. Son diversos los motivos por los que una persona decide causar baja voluntaria; la búsqueda de una mejor oportunidad de carrera, la conciliación entre trabajo y vida personal, la desmotivación dentro de su entorno de trabajo, la inseguridad laboral, el cambio de residencia, etc.

 

Por ello, es importante que las empresas sepan reconocer la situación de sus empleados/as. En este sentido, optar por una entrevista de permanencia puede aportar a la organización y al trabajador/a un punto de inflexión sobre cómo reaccionar ante las circunstancias que rodean a su bajo rendimiento, su desencanto o su decisión de abandono. Gracias a este tipo de entrevistas, se da lugar una conversación entre el trabajador/a y la persona encargada, con el fin de solventar las diferencias o inconvenientes que generan su incomodidad. Como resultado, la empresa es capaz de adquirir conocimiento sobre su labor, mejorar el diálogo con el equipo, valorar el esfuerzo y retener al mejor talento.

De este modo, incorporar este tipo de recursos resulta aconsejable para obtener datos que optimicen la gestión y administración de la organización. Además, se generan los siguienes beneficios:

 
  • Valoración, compromiso y satisfacción laboral

Prestar atención a la opinión del equipo permite que el trabajador/a se sienta más motivado en su entorno laboral y, por lo tanto, desarrolle su trabajo de forma más eficiente.

 
  • Posibilidades de cambio y mejora

Los problemas y preocupaciones identificados durante la entrevista de permanencia, permiten estudiar y analizar las diferentes áreas de mejora, dando lugar a la opción optimizar el sistema de trabajo y contribuir en la creación de un entorno laboral saludable, seguro y productivo.

 
  • Retención de empleados/as

La comunicación directa que permite este tipo de entrevistas ayuda a localizar el problema antes de la salida del trabajador. De esta forma, tanto empresa como empleado/a pueden llegar a un consenso que favorezca su continuidad y propicie el desarrollo de su carrera dentro de la organización.

 

Por todo ello, este tipo de diálogos suponen un valor añadido a la cultura corporativa y demuestran la confianza que una organización tiene en su capital humano. Esta estrategia de fidelización de talento posiciona a las personas en un puesto privilegiado dentro de la organización, lo que puede traducirse en una garantía de motivación para el personal. Dar la oportunidad a las personas a transmitir sus inquietudes y reconocer sus incomodidades laborales, es clave para implementar cambios en el entorno profesional y, en consecuencia, potenciar la productividad y la retención del mejor talento.

 

Autora: Érika Pérez
Imagen: www.freepik.es
La entrevista de permanencia